sábado, 26 de octubre de 2013

Núcleo cinco: Ensayos y más sobre el Boom Latinoamericano




















13 Mar 2010

Qué es el Boom latinoamericano

Escrito por: anaabregu el 13 Mar 2010 - URL Permanente
¿Es un género?, ¿es una época?
Lo que se dio en llama el Boom latinoamericano, ya pasó, pero se incorporó prácticamente como si fuera un género en sí mismo, tanto que ya se habla en algunos círculos intelectuales del Boom femenino, haciendo referencia al avance de las escritoras femeninas en el supuesto género, como si antes se pudiera hablar del género como característica del Boom.
El asunto es que es falso desde el concepto, el Boom, significó una forma literaria que surge en una época, que por el tipo de literatura y escritores, se denominó de esa forma debido a que comenzó a florecer entre los lectores una preferencia por leer escritores latinoamericanos, determinados autores, del tipo que escribía lo que se llamó realismo mágico.
Pero qué es realismos mágico, sencillamente es aquella literatura que se ocupaba de decir lo que no se podía decir en tiempos revueltos, entonces se lo decía, pero en forma velada, en otras palabras, significaba hablar de la realidad, disfrazándola un poco, para que pareciera otra cosa.
Los lectores agudos, observaban esa otra visión, ese doblez de la historia, ese otro sentido.
Algo así como los cuadros de Dalí, que según cómo se los mire, se encontrará una imagen u otra.
La novela, para mi, paradigmática en ese sentido, es la de Reinaldo Arenas, “El palacio de las blanquísimas mofetas”, para encuadrar esta novela, hay que saber algo sobre la vida de este autor, que cuando escribió la novela estaba confinado en Cuba, despreciado por el régimen aparentemente por su condición sexual, digo aparentemente, porque al respecto sólo encontré su propia opinión sobre por qué estaba perseguido en Cuba, sobre que fue encarcelado y otros malos tratos, hay varios indicios.
La novela trata de los funcionarios Fidel, y de las contradicciones con que se llevó adelante esa revolución, una novela experimental que utilizaba un lenguaje y un modo de relato en que manifestaba las contradicciones que en el año 59 sembró el régimen de Fidel, en la novela, se contaba su propia historia, un joven en un principio colabora con la revolución se vuelve disidente, y finalmente atrapado, torturado y muerto.
Luego el texto revela un relato de cada uno de los integrantes de la familia del protagonista, y aquí aparece uno de los indicios importantes del Boom: el punto de vista, la misma historia contada desde otro lugar, desde otra experiencia; una de las características clásicas de la novela que pertenece al Boom es la no resolución por la verdad o la mentira de lo que ocurre o lo que se cuenta, porque lo que importa no es si es cierto o no, sino la forma en que se cuenta.
La historia está llena de momentos de alucinaciones, incidentes dudosos o inverosímiles, pero los personajes los viven, los relatan, no son mentirosos, cuentan lo que ellos creen es su realidad, el lector se queda con digresiones inconexas, pero con sentido para los personajes y situaciones que presenta el relato.
Uno de los ingredientes importantes de lo que se llama el Boom, es justamente la imposible reducción del relato a un género simplemente maravilloso, sino que la representación con la realidad es clara e inapelable, el relato es inherente a un punto de vista de un personaje o situación, pero puede cambiar debido justo al cambio de focalización del mismo relato, contado por otro o en otra circunstancia.
Nada tan pegado a las veleidades del lenguaje en la utilización de las conjugaciones verbales, como la literatura del Boom, lo contado, cuando ha pasado, o cuando está pasando muestra sus diferencias en relación a la memoria, en un caso parece que está ocurriendo y no hay cuestión, en el otro, se está recordando, entonces se revela que la memoria se toma sus licencias.
Sólo por mencionar algún rasgo de la textura literaria de los autores considerados del Boom.
La razón por la que no hay mujeres que se pueda decir que son íconos de esta forma de leer el fenómeno, no quiere decir que no las haya, o que las hay actualmente, lo que no significa que haya una inclusión de género para la definición del Boom.
Pienso que el Boom da cuenta de una manera de contar, y no hace referencia al género, ni tiene nada que ver con el hecho de que los autores del Boom hayan sido hombres.
En el relato, hay torceduras en el tratamiento espacio-temporal y cada discursos esconde una identidad, un tema, y hay una simbiosis entre contar los años de la revolución, y la revolución de la propuesta literaria con que la novela fue escrita.
La multiplicidad de voces narrativas, es otro elemento, e incluso la multiplicidad de géneros, pasa de ser monólogo interior, en las partes en que habla la familia del protagonista, a la parte final en que se convierte en diálogo dramático.
El autor necesitó traspasar de géneros y convenciones literarias de la época para poder dar cuenta de una realidad que no admitía el relato de la época, formal, sin mezclas; en ese sentido el Boom, es una propuesta que libera el lenguaje, los géneros y no se ajusta a lo convencional.
Es por ello que decir el Boom, quedó como un sinónimo de género, con determinadas características, incorporándose al lenguaje común de la clasificación de determinadas escrituras, pero en la realidad canónica, hay formas de definir los texto que contienen esa visión, pero no el nombre.
El movimiento se caracterizó por revolucionar el modo de contar, con las múltiples narraciones, los puntos de vista, las verdades relativas, la simultaneidad de situaciones y la mezcla de narradores, entre otros detalles interesantes, el Boom define un conjunto de estrategias narrativas, con recursos experimentales que intentaban acomodarse y reflejar el enrarecido clima político de Latinoamérica, y aunque su origen se acepta desde 1960 en adelante, para mi la novela de Reinaldo Arenas que se publica en 1959 es la novela paradigmática que mejor representa los comienzos de este movimiento.
Lo que es cierto es que este modo de narrar, ya es un clásico entre muchos escritores, no necesariamente latinoamericanos, aunque necesariamente, para mi gusto, los escritores latinoamericanos son los que mejor utilizan el recurso.
Considero que lecturas como “Glosa” de Juan José Saer, como “El obsceno pájaro de la noche”, José Donoso, “La vida breve”, de Onetti, entre decenas de otros, son imprescindibles y un viaje literario en el que quedarse atrapado definitivamente en los personajes de estos autores, es definitivamente un placer.











radar
DOMINGO, 20 DE MAYO DE 2012
> SU ULTIMO LIBRO DE ENSAYOS

Historia universal del Boom








 Por Fernando Bogado
Hay cuatro nombres que, por separado o uno después del otro (cada uno dirá en qué orden), evocan ese momento de la literatura en el que ser latinoamericano y escritor era garantía de calidad o, al menos, de ventas: Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y Carlos Fuentes. Se puede mencionar a otros anteriores (como Juan Carlos Onetti o Juan Rulfo) o contemporáneos que no han tenido la misma trascendencia (como José Donoso). Incluso, la literatura latinoamericana comenzó a utilizar la categoría de “post-Boom” para entender todas las producciones posteriores, como si la presencia de estos nombres hubieran instaurado la idea de una generación que difícilmente pueda volver a repetirse o que, incluso, haya tenido antecedentes en algún otro momento. Viajeros, globales, universales, cada uno de estos cuatro escritores, de todos los escritores que entran dentro de esa (por momentos, molesta) etiqueta del Boom Latinoamericano de los ’60 supo articular las características de su “aldea” con las pretensiones universales de innovar en la forma y de renovar la lengua del conquistador a partir de los murmullos de las lenguas indígenas que, en la oralidad o en diversas producciones culturales, habitaban entre las bibliotecas de las grandes obras provenientes de Europa. Carlos Fuentes, en el reciente La gran novela latinoamericana, no hace otra cosa que entender y ubicar al escritor latinoamericano dentro de la literatura universal ampliando las circunstancias del Boom a posibilidades universales: lo de los ’60, amigos, no fue solamente un fenómeno editorial.
¿Pretensiones universales?: la novela latinoamericana es una continuación de las búsquedas artísticas europeas, de la lengua que trajeron Colón y sus posteriores, pero a partir de las angustiosas situaciones que tuvimos que atravesar. Por eso el libro comienza por ubicar la primera novela latinoamericana como producto de un español, Bernal Díaz del Castillo, quien en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva España –publicado de manera póstuma en 1632, ciento once años después de los hechos narrados–, se diferencia de los relatos épicos en donde la conquista queda en manos de una sola figura heroica, Hernán Cortés. ¿Qué hay en esa crónica para que Fuentes la considere la primera novela latinoamericana? La crónica de la conquista de los aztecas se convierte en el relato personal de un soldado que busca recordar a sus compañeros caídos en la contienda, los muchos soldados, sus caballos, cada uno de los pequeños detalles olvidados por el relato oficial. Lo que hay en Bernal Díaz es la búsqueda del tiempo, del instante perdido y evocado, a lo Proust, con la intención de dejar un registro en la memoria de los hombres de los caídos y, al mismo tiempo, la afirmación de que todo lo que veían en esas contiendas, lo que experimentaban, parecía propio de los sueños.

La gran novela latinoamericana. Carlos Fuentes Alfaguara 448 páginas
Tiempo y ensoñación, memoria e imaginación, tradición y creación: cada uno de estos aparentes extremos son combinados por los diversos escritores mencionados por Fuentes, creando una genealogía que va de Bernal Díaz a Villoro, de Maquiavelo y Tomás Moro a Lezama Lima y Carpentier. Y cada nombre no es otra cosa que la manifestación de ese interés latinoamericano por transformar la lengua del conquistador a su antojo, “respetando” la tradición europea para continuarla a través de creaciones que emergen de las más encantadoras imaginaciones: así hay que entender el barroco, por caso, regalo latinoamericano al renacimiento, no sólo una innovación sensual y descollante de la Contrarreforma en oposición al ascetismo de Lutero y Calvino, sino también ventaja que toman los latinoamericanos para llenar a los europeos de sueños increíbles, de imágenes propias de un mundo que nadie esperaba encontrar pero que existe con toda su abundancia. ¿No es el barroco el arte de la desmesura? ¿No será esa la sensación que un europeo siente ante un Nuevo Mundo? ¿No está eso en Sor Juana Inés de la Cruz, en el “milagroso” Memórias póstumas de Brás Cubas de Machado de Assis o, inclusive, en las figuras fantásticas (el aleph, el Universo como biblioteca) de un anglófilo Borges?
La gran novela latinoamericana es el gran texto final de Carlos Fuentes. En una prosa ensayística, insistente, asumiendo un carácter subjetivo y abierto a cualquier futura contingencia, realiza una historia de la literatura latinoamericana como renovadora de la literatura occidental. Así, los saltos abruptos en el tiempo que se dan en cada línea no hacen otra cosa que “imaginar un pasado”, combinar tiempos distantes para entender las obras de sus congéneres y, si se quiere, jugar con el tiempo: Pedro de Mendoza en Buenos Aires, leyendo a Erasmo de Rotterdam en 1538, es un antecedente, a su manera, de Julio Cortázar.
Cada página de este libro tiene el dejo de una mirada final, de la búsqueda de una síntesis: Fuentes, escritor del tiempo, trata de reorganizarlo para darle sentido, un sentido que sale desde las búsquedas literarias, desde las propias pasiones de los escritores de su tiempo, los del Boom. No faltan las menciones a cuestiones exclusivas del mercado (como la ventaja que tenían en los ’60 con la presencia de una red de distribución bien organizada que permitió esta lectura en conjunto), ni tampoco las anécdotas, como esa de que Yo, el supremo de Roa Bastos nació a partir de un proyecto de Gallimard gestionado por Fuentes y Vargas Llosa para editar varias novelas que tuvieran como tema superar, a través de la imaginación, a los ya de por sí excéntricos dictadores latinoamericanos. Frustrado el plan, no sólo Roa Bastos continuó por separado la idea que había planteado tras la solicitud, sino también García Márquez y Alejo Carpentier: en la misma línea, verían la luz El otoño del patriarca y El recurso del método.
Lenguaje, puro lenguaje. Alguien habla en un rincón imprevisto de Latinoamérica, en el sertao del nordeste brasileño o en el centro de la Pampa, en las ferias interminables de La Paz o las quebradas veredas del Zócalo en México, y ya hay en ese gesto un tratamiento con el lenguaje que forma parte medular de haber nacido en este continente, todavía exuberante porque la lengua que utilizamos para nombrar a los animales y las plantas que la pueblan, para escribir o hablar con las personas que nos rodean, tiene poco más de quinientos años en el territorio. La gran novela latinoamericana de Carlos Fuentes no es solamente un ensayo que revisa la historia de la literatura latinoamericana, sino que, por momentos, tiende a ser un estudio global de estos avatares del lenguaje, de lo latinoamericano, de su imaginación, de su memoria. Como las intenciones de Bernal Díaz con sus compañeros soldados, este libro es una mirada final a lo que se deja atrás para que sea recordado por los que están por venir. Digamos: un testimonio.





Otras novelas que también hicieron boom

14 noviembre 2012
Seis obras del boom
Seis obras del boom
Las seis novelas cuyas primeras ediciones aparecen en el mosaico de la izquierda justificarían por sí mismas y sin añadidos de mercadotecnia editorial o compadreos de cátedras universitarias cualquier movimiento literario.
Sucede que fueron editadas con pocos años de diferencia —a mediados de los sesenta— y en una misma región del planeta, la América en la que se habla sobre todo español, y sucede también que algunas editoriales de Barcelona vieron en aquel momento, y dada la pésima salud de la literatura española de entonces, la oportunidad de hacer negocio publicando buenos libros —no todas con el mismo buen ojo: el venerado Carlos Barral rechazó en 1966, y se pasó la vida lamentándolo, el manuscrito que le acaba de remitir un joven escritor colombiano de una novela tituladaCien años de soledad que con el paso del tiempo vendería, que sepamos, casi 40 millones de copias—.
A aquellos autores más o menos coetáneos les pusieron con presteza un nombre sonoro, boom, que recordaba, no por casualidad, el todavía fresco (1959) triunfo de los castristas en Cuba. Algunos de los escritores del boom vivían en el exilio, otros malvivían con el periodismo pagado por pieza; unos veneraban a Faulkner y sus territorios míticos, mientras que otros preferían el indigenismo derivado del Popol Vuh y sus muchas encarnaciones; a veces se reunían y bebían mucho whisky pero, pasados unos años, terminaron dándose potentes cuchilladas metafóricas unos a otros, casi siempre por un quítame allá esos misiles o, como es tradición entre los lationamericanos, por la forma de interpretar la palabra revolución.
A la derecha, Cortázar. A la izquierda arriba, García Márquez. Abajo, Vargas Llosa y su segunda mujer, Patricia.
A la derecha, Cortázar. A la izquierda arriba, García Márquez. Abajo, Vargas Llosa y su segunda mujer, Patricia.
Nadie puede precisar cuándo empezó el boom porquenadie lo sabe y la fecha es opinable (unos conjeturan que en 1960, otros dicen que en 1962, otros que en 1963 y otros, a los que humildemente me sumo, pensamos que todo había empezado en los años cincuenta, con Juan RulfoAdolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges, sin cuya paternidad la descendencia hubiera sido otra), pero algunos se han empeñado en celebrar este año el 50º aniversario del fenómenos editorial.
Aunque las razones para la celebración del medio siglo son peregrinas —se cita un cierto Congreso de Intelectuales de Concepción (Chile), celebrado en enero de 1962 y al que no asistieron más que un grupo de escritores de la órbita marxista (el comisario Neruda entre ellos, desde luego) y en el que Carlos Fuentes pronunció una frase de vergüenza ajena que resume el ambiente: “política y literatura son inseparables y Latinoamérica sólo puede mirar hacia Cuba”— y la reseña de los 50 años resulta complaciente y preñada de colegueo o intereses comerciales —no se menciona, por ejemplo, el daño colateral causado por el boom, en cuyos posos se asienta la epidemia perniciosa del realismo mágico de bata y zapatillas de Isabelita Allende y otros tan lánguidos como ella—, no me importa entrar en el juego, sobre todo porque creo que la mejor literatura en español de los siglos XX y XXI, quizá la única que merece ser llamada literatura, procede de las Américas.
Siguiendo el juego que propuso hace unos días Arsenio Escolar con sus diez libros favoritos del boom —y alertando que Arsenio me gana de largo como rata de biblioteca—, les dejo una lista de siete novelas menores que también hicieron boom pese a que los méritos casi siempre fueron para otras. Advierto que llevo años sin leer algunas, de modo que acudo a la cada día más débil memoria para recuperar sentimientos. Una nota, digamos, técnica: las imágenes de las cubiertas son de las primeras ediciones, inencontrables hoy, pero los vínculos en los títulos remiten a la edición más barata de las que todavía están en el mercado.
"Los Premios"
“Los Premios”

El monstruo que engendró Rayuela

La primera novela de Cortázar que encontró editor tras el rechazo de sus dos primeros manuscritos, tiene bastante del ambiente opresivo desarrollado en las zonas opacas de la vida cotidiana que encontramos en sus magistrales relatos —ya había publicado tres tomos de cuentos—.
Un grupo muy heterogéneo de personas gana un premio para viajar en un barco. En esa atmósfera cerrada el narrador habla como en astillas y deja que sea el lector quien recomponga la acción, adelantando la fórmula que Cortázar depurará en Rayuela tres años más tarde. No es casualidad que uno de los protagonistas de la ópera prima sea un tal Horacio Oliveira, el personaje central al que Cortázar colocará a la deriva en el París de Rayuela.
Novela del absurdo y la búsqueda inútil, porque toda búsqueda conduce a la destrucción, Los premios, que el escritor redactó en París mientras vivía en una aguda penuria material, Cortázar intenta construir una novela híbrida como “un monstruo, uno de esos monstruos que el hombre acepta, mantiene a su lado; mezcla de heterogeneidades, grifo convertido en animal doméstico“.
Como dice uno de los angustiados personajes, ya no se trata de entender la realidad, sino de “abrazar la creación desde su verdadera base analógica. Romper el tiempo-espacio que es un nivel plagado de defectos“.
"Crónica de San Gabriel"
“Crónica de San Gabriel”

La falsa arcadia del campo

Julio Ramón Ribeyro, un ser desprendido, una bendita persona, es uno de los escritores que militan con injusticia en la segunda división del boom pese a su amplia producción de cuentos y su papel capital en el realismo urbano latinoamericano.
Crónica de San Gabriel, escrita durante un viaje de juventud por Europa, en el invierno polar de Munich (“sin saber alemán y en una pensión en donde era imposible comunicarse por desconocer el idioma … comencé pues a escribir para salirme del entorno en el que vivía e imaginaba todo el tiempo que pasaba unas plácidas vacaciones en la sierra peruana”), es una de las mejores novelas de iniciación en español del siglo XX.
La peripecia del adolescente Lucho en una hacienda de montaña le obliga a descubrir que la arcadia del campo es sólo una abstracción y que le han enviado a un lugar donde “el pez más grande se come al chico” y“los débiles no tienen derecho a vivir”.
Un descarnado libro fabricado con maña por un escritor que opinaba que “la historia puede ser real o inventada. Si es real ,debe parecer inventada, y si es inventada, real”.
"El coronel no tiene quien le escriba"
“El coronel no tiene quien le escriba”

La novela rusa de Gabo

Pregunta: Dime, qué comemos. Respuesta (pura, explícita, invencible): Mierda.
El celebre intercambio de palabras que resume episódicamente la gran novela corta que García Márquez publicó seis años antes de Cien años de soledad, es suficiente: estamos ante una voz narrativa de una extraña resonancia, capaz de contener todas las voces de un pueblo.
El coronel no tiene quien le escriba es la dulce y desoladora crónica de una espera sin futuro: la pensión que nunca llega. A partir de la situación dramática, todo está salpicado por el humor explosivo y bravo del Caribe que tan bien sabe explotar el autor.
Contenida y sobria, carente de los excesos de estilo que acaso lastren algunas obras posteriores del colombiano, es, como menciona Caballero Bonald, un “acabado modelo de sencillez, de naturalidad discursiva y hasta de inocencia verbal”, donde hasta lo complejo se muestra de modo escueto.
La historia de un personaje insular y solo, una bellísima obra de tintes rusos bajo el martirio del sol.
"El lugar sin límites"
“El lugar sin límites”

 Apuesta por los perdedores

Estridente en la esfera privada, de la que solamente supimos  en detalle (homosexualidad reprimida, egocentrismo, neurosis) tras su muerte en 1996, el chileno José Donoso tampoco merece el lugar secundario que algunos le adjudican en el canon del boom.
El lugar sin límites desarrolla la vida miserable en El Olivo, una ciudad ruin y venida a menos, y disecciona la sociedad local, que es un eco de la sociedad chilena, católica, ultranacionalista y muy conservadora en lo social, a través del burdel que gestiona Manuela González, un homosexual travestido.
Con pinceladas que pueden provenir del estilo enfático de Conrad y Graham Greene y una prosa telegráfica que tiene de más una conexión con la de Hemingway, Donoso apuesta por los perdedores y saca pecho ante el dolor. Pese a que es más conocido por la experimental El obsceno pájaro de la noche(1970), yo prefiero la negrura marginal de su novela de burdeles, apariencias y dobleces.
"Los cachorros"
“Los cachorros”

Frenética musicalidad

Cuando Vargas Llosa escribió Los cachorros tenía 29 años y era el más joven de los escritores del boom. La circunstancia no tiene valor, pero ayuda a explicar por qué la obra es la de mayor calado generacional del grupo y, al tiempo, la de más acelerada narrativa.
De una precisión que aturde y escrita con tanta urgencia que la lectura resulta angustiosa (y tóxica), la vida de Pichula Cuéllar, un distinto —no diré por qué para no incurrir en el spoiler— es presentada con una fluidez desbordante y experimental (diálogos sin marcas, cambios de persona en el habla narrativa), pero nunca trivial ni caprichosa.
El gran Roberto Bolaño, quizá el descendiente más brillante de los escritores del boom, destacó la“musicalidad sustentad en el habla cotidiana” de Los cachorros y añadió: “El descenso a los infiernos, narrado entre grititos y susurros, es de alguna manera el descenso a otro tipo de infierno al que se verán abocados los narradores. De hecho, lo que aterroriza a los narradores es que Pichula Cuéllar es uno de ellos y que empeña, de forma natural, su voluntad en ser uno de ellos (…) Toda anomalía es infernal, aunque tras la destrucción de Cuéllar lo que las voces que arman el relato tienen ante sí es la planicie de la madurez, la tranquila destrucción de sus cuerpos, la resignada y total aceptación de una mediocridad burguesa”.
Tras esta magistral novela, publicada por primera vez con fotos de Xavier Miserachs, Vargas Llosa logró el empuje necesario para abordar su obra mejor y más ambiciosa, Conversación en la Catedral(1969).
"De dónde son los cantantes"
“De dónde son los cantantes”

El cubano extranjero

Los cubanos citados en todos los elencos del boom sonGuillermo Cabrera InfanteAlejo Carpentier y José Lezama Lima.
Que olviden a Severo Sarduy es inexplicable, aunque quizá algo tenga que ver su proclamada extranjería —se consideraba más europeo que caribeño, renegó del tropicalismo de la patria y de los trabajos como periodista en revistas revolucionarias para embarcarse en la experimentación de la metaficción parisina de Tel Quel y buscó en el budismo una explicación vital—.
De dónde son los cantantes construye una imagen de La Habana, la ciudad a la que nunca regresó desde 1960, con las voces superpuestas de las tres grandes herencias que conformaron la identidad local: lo español, lo africano y lo chino.
Carnavalesca, paródica y y barroca, la novela es, según Sarduy, un “collage hacia adentro”, y prefigura la que sería su obra más celebrada, Cobra (1972).
"Cicatrices"
“Cicatrices”

El gran olvidado

Lean: “Hay esa porquería de luz de junio, mala, entrando por la vidriera. Estoy inclinado sobre la mesa, haciendo deslizar el taco, listo para tirar. La colorada y la blanca —mi bola es la de punto— están del otro lado de la mesa, cerca del rincón. Tengo que golpear suavecito, para que mi bola corra muy despacio, choque primero con la colorada, después con la blanca y pegue después en la baranda entre la colorada y la blanca: la colorada va a golpear contra la baranda lateral, antes de que mi bola choque contra la baranda del fondo, hacia la que tiene que ir en línea oblicua después de chocar contra la blanca”.
Ahora intenten responder —yo no sé o no puedo o no quiero—: ¿por qué Juan José Saer, uno de los escritores más deslumbrantes en español no fue reconocido hasta los años ochenta y murió en 2005 sin haber sido apenas publicado en España?
Su ciclo de novelas sobre Santa Fe, la localidad argentina en la que vivió exiliado antes de optar, en 1968, por la migración trasatlántica en París, son equívocas: el lector las sobrevuela con levedad hasta que, bien pronto, se siente dentro de una caverna donde él mismo participa de un rito de memoria colectiva.
Mi favorita es Cicatrices, la historia de un crimen (un obrero del metal mata a su mujer el uno de mayo) contada por cuatro narradores diferentes en un ejercicio sutil de lírica política.
Ricardo Piglia ha dicho que “la prosa de Saer, que parece surgir de la nada, que se produce a sí misma con la misma perfección desde el principio, es en realidad una elaboración muy sutil de la gran poesía escrita en lengua española“. Tiene toda la razón.
Ánxel Grove






Mi historia personal del post boom en GuatemalaCarlos René García Escobar

-I-El boom literario latinoamericano
 
Para el año de 1977 mi vida había pasado ya por dos grandes momentos que fueron significativos para mi fase formativa como escritor y antropólogo que soy ahora. Había pasado cinco años de mi adolescencia enclaustrado en el seminario para sacerdotes diocesanos de la Curia Eclesiástica de Guatemala en donde aprendí latín al grado de traducir textos al español y de escribir otros en ese idioma, leyendo los textos literarios que leíamos los estudiantes de bachillerato en los años sesenta.

Una vida seminarística que me sirvió para formar mi personalidad en el sentido de la paciencia franciscana que creo que me caracteriza, pero que en ese momento no me sirvió porque me fui de allí a los diecisiete años harto de la vida monástica. Cinco años después me embarqué en un viaje a lo desconocido, huyendo de la barbarie que se vivía en mi país, a una ciudad del primer mundo en donde tuve ocasión de continuar mi preparación autodidacta como lector ávido de literatura y filosofía.

Tenía yo veinticinco años cuando regresé a Guatemala convencido de que ese otro donde me encontraba tampoco era para mí. Para entonces ya había escrito autodidactamente varios cuentos que fueron publicados muchos años después en un volumen que titulé El Último Katun.

Además ya había leído Cien Años de SoledadLa Ciudad y los PerrosLa Casa VerdeLa Muerte de Artemio Cruz y Rayuela, porque según mis lecturas formaban parte del llamado Boom Literario Latinoamericano y porque además, me había enterado por la revista ¡Siempre! de México, que años antes se habían reunido en la ciudad de México los autores de estas novelas con Carlos Fuentes, con el objeto mercantil de lanzar sus novelas a un mercado de lectores generalizado que trascendiera las fronteras de Latinoamérica. Aparecía la foto de los cuatro sentados a una mesa donde planificaban el lanzamiento y, evidentemente, se suponía en esos años que quien no hubiera leído esas novelas no estaba actualizado de los nuevos rumbos de la literatura en América Latina. De todas esas novelas la que más me gustaba era Cien Años de Soledad, luego La Casa Verde, después La Muerte de Artemio Cruz y por último Rayuela. En mi caso yo ya andaba buscando mi estilo para escribir una novela y en verdad, de todas ellas, aunque no la entendía del todo, la que subconscientemente me marcó el camino fue Rayuela, no obstante nunca le encontré el gusto, mucho menos la afición por volver a leerla y por lo tanto en aquel entonces la deseché de mis lecturas preferidas.

Ahora, 38 años después, deduzco que aún no tenía la madurez necesaria para asimilarla como una novela matriz para mis búsquedas existenciales de realización en la creación literaria. Ahora, a sus cincuenta de publicación, me he comprometido a volverla a leer pero será en otras circunstancias.

El asunto es que no entendía yo todavía el aparataje circunstancial de esa novela en un contexto parisién a la vez que argentino y el rico anecdotario que tiene no era de mi plena comprensión. Yo ya estaba tocado por las lecturas de las selvas y los pueblos latinoamericanos desde lecturas como las de Asturias en TorotumboEl Señor PresidenteHombres de MaízRodríguez Macal enGuayacánLa Vorágine de José Eustasio Rivera y Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, entre otros. Fue así como las novelas del boom me llevaron a hurgar en más literatura de América Latina encontrando verdaderas joyas literarias. Entonces hallé a Juan Rulfo en Pedro Páramo, a Carpentier en Los Pasos Perdidos y así fui encontrando una serie de escritores latinoamericanos de distintos tiempos, lo cual me formó mi afición por lo concerniente a América Latina y sus realidades sociales y literarias de todos los tiempos.

Es el caso entonces de desmitificar aquí que el boom literario latinoamericano sea de una docena de escritores latinoamericanos. Sostengo que en realidad el "boom" fue un hit comercial conformado y planificado mercadológicamente por los cuatro escritores mencionados y la editorial española Seix Barral que, cuando lo impulsan al mercado libresco, provocaría en distintas latitudes de la sociedad occidental, Europa, Estados Unidos e Iberoamérica, la necesidad de descubrir y leer más escritores de Latinoamericanos por una simple regla de dominó por cuanto es el momento histórico en que América Latina se descubre a sí misma a través de sus escritores.

-II-
E
l post boom guatemalteco
 
Uno de los efectos del boom se protagonizó en Guatemala cuando a mediados de los setenta, un grupo de escritores jóvenes, Marco Antonio FloresMario Roberto MoralesLuis de LionLuis Eduardo Rivera y Enrique Noriega, se reunía para comentar literatura en medio de los fragores de la guerra que se libraba en las montañas y en las calles de la ciudad de Guatemala. La literatura que se producía debía ser comprometida con los pueblos oprimidos o pasaba a color indefinido. O se seguía escribiendo con los esquemas tradicionales del costumbrismo lineal y con tonos indigenistas e indigenistoides o se hacía más urbana y en tonos urbanistoides.

El primer producto que surge ya en 1976 rompiendo esquemas de todo tipo es Los Compañeros de Marco Antonio Flores. Uno y dos años después ganan premio en Quetzaltenango El tiempo Principia en Xibalbá de Luis de Lión y en Guatemala Los Demonios Salvajes de Mario Roberto Morales. En ese entonces también se publicaba Después de las Bombas de Arturo AriasHogar Dulce Hogar de Mario Alberto Carrera y publicaban cuentos inauguratorios de un post boom cuentístico Franz Galich y Dante Liano, quienes años después publicarían novelas post boomianas.

En esos años me había comprometido en el movimiento revolucionario urbano y nuestras lecturas debían llevar el componente revolucionario que emanaba de las luchas guerrilleras que se libraban en América Latina. De ahí que se desechaban escritores que parecían reaccionarios por no tener en sus escritos ese componente, aunque la profundización en las lecturas nos llevaba a algunos de ellos precisamente como a Borges y al mismo Cortázar, de quien ya leía sus cuentos con deleite: Bestiario y los tomos de El último round, por ejemplo.

En 1978 entré a la universidad de San Carlos de Guatemala, para estudiar Antropología y para mi fortuna mi catedrático de Filosofía todo ese año fue Mario Roberto Morales con quien armamos esta amistad que hemos cultivado y cosechado todos estos años. Entonces me leyó mis primeros cuentos y sus comentarios me sirvieron para aprehender mi senda personal.

Platicamos con mucha frecuencia de creación literaria y fue cuando leí la novela que me inspiró realmente a crear mi primer escrito novelesco: Entre Marx y una Mujer Desnuda de José Enrique Adoum. Para esa fecha otro mentor que me leyó mis primeros trabajos fue Roberto Díaz Castillo quien me aconsejó leer a Monterroso y a Cortázar obsequiándome un libro de cada quien y también me dio a leer las publicaciones premiadas ese año en Casa de Las Américas de Cuba en donde él había sido Jurado Calificador. En consecuencia me sentí ya capacitado y empecé a escribir lo que sería mi primera novela.

Cinco años después en 1984, ya desvinculado del movimiento revolucionario por obra y gracia de Ríos Mont, el Grupo Rin 78 me publicaba mi primera novela La Llama del Retorno que considero hija directa de las novelas del post boom literario guatemalteco y en 1988 aparecería Velador de Noche Soñador de Día de Luis Eduardo Rivera, empiezan a aparecer las novelas de Franz Galich y deDante Liano, todas con el mismo estigma. Estos tres últimos residiendo en el extranjero.
-III-
¿A qué podemos llamar post boom literario guatemalteco?
Primeramente debe reconocerse que este post boom obedece a una época inmediata posterior a los años setenta que son los del Boom originario. Diríamos los años setenta finales que fue cuando aparecieron las novelas de Flores, Morales y De Lion. (Aunque a De Lion le hayamos publicado sus amigos hasta en 1985, un año después de su desaparición). Luego pienso que las novelas mencionadas corresponden a un esquema desarticulador de las estructuras literarias antecedentes, en el sentido de multiplicar el tiempo en tiempos distintos, a la base de anécdotas escritas en espacios cortos pero que al final constituyen un todo cuyo hilo conductor se descubre, o en el ejercicio de la lectura o al final o nunca, como en Rayuela.

Se abandonan las largas descripciones espaciales, los retratos y las historias se cuentan en una acción en la que le queda al lector completar las imágenes inyectadas en la escritura.

Es decir que el o los mensajes están dispersos en espera de la captación concreta que los lectores hagan, quienes finalmente hacen de la novela su personal impresión y comprensión. Todo en un lenguaje múltiple entre lo coloquial y lo erudito, con aliteraciones y frases inventadas o en otros idiomas. Se ofrece así al lector un constructo novelístico enriquecido en imágenes y contenidos que debe producir placer en su primera lectura así como cierta reflexión sobre lo que se lee y se cuenta. Y ahí van el o los mensajes. Por otro lado cada escritor del post boom debía adquirir su personal estilo y temática y ninguno debía parecerse a nadie más. Asunto este que se logró con preces.

Considero que las novelas guatemaltecas que no cumplieron estos requisitos no forman parte del post boom aunque sean de reconocida calidad escritural y literaria y publicadas en los mismos años, los años ochenta, que por supuesto las hay, porque desde Marco Antonio Flores en adelante, cada quien asumió su estilo propio y ninguno de todos nos parecemos, al menos, estilísticamente hablando.
MUCHAS GRACIAS.


Análisis de algunas obras del Boom Latinoamericano


En el año 1.987 le otorgan a Carlos Fuentes el Primer Premio de Poesías de Amor en el XXI Certamen de poesía homenaje a Antonio Gala en Bollullos del Condado, Huelva con el
siguiente poema titulado: “Canción del amor compañero”

Esposa, tu que has visto las mañanas
despuntar a mi lado soñolienta.
Tú que has ido abrazada a mi cintura
caminando caminos y veredas
Tú que ríes, brillante en mi alegría
Y te pones oscura con mi pena,
dime si has visto amor como mi amor
Ni querer como el tuyo, compañera
He cavado tu huerto y lo he regado
Con la fuente verdal de mis arterias.
He buscado mis hijos en tu carne
Con mis manos antiguas y labriegas
y he encontrado mi sangre prolongada
En el fruto ventral de tu cosecha.
Tú me has ayudado a hacer mi lucha
Mas suave, mas digna mas ligera
Y sofocas mi lumbre en la almohada
Con tu tibio manantial de miel morena.
Te bendigo mujer, por que eres mía,
porque eres abnegada y estás cerca
de mi vida, en la paz y en el peligro;
porque hueles a verano y sementera
y tu pelo es desierto como el trigo
y es morena tu piel, como la avena.
Porque me das las sábanas y el vino
Calientes de tus manos y tus venas
Porque pasas las noches abocada
A la cuna, con fiebre, vela en vela
Ocultándome lagrimas y miedos,
compañera, mujer bendita seas
Y benditas tus manos cereales
Que acarician mi dura primavera
Y benditas las verdes mariposas
de tu vientre y las mieses de tus eras.
Yo te bendigo, amor, porque tu sabes deshacer
con tus labios mi tristeza
cuando llego nocturno y resentido
de los hombres, los vientos y la tierra.
Yo te bendigo, amor porque sonríes
Entre tanto dolor y tanta fiera,
tanta cicatriz y tanto aullido
entre tanta m entira y tanta niebla.
Yo te bendigo amor, porque te quiero,
Porque siempre me habitas y me alientas
y cerrarás mis ojos una tarde
Cuando se esconda el sol por la arboleda,
Yo te amo, mujer, copiosamente
Y acaricio la sombra de tus huellas,
Y me asomo a tus ojos campesinos
Para buscar, de bruces, las estrellas
Yo te amo mujer copiosamente;
que eres en mi sed el agua fresca,
Y te busco en los ojos de mis hijos
Y te encuentro en mi voz sin darme cuenta.
Y te encuentro en la flor de los almendros
y en el coito vegetal de la palmera.
Y te hallo en la verde geometría
del trigo, del naranjo y de la higuera.
Cuando me vaya, amor, cuando me vaya
Y me lleves tus flores, compañera,
Al sentir tu pisada y tu suspiro
Mi sangre cantará bajo la yerba.
Y oirás, -como un rumor de abejas blancas-,

Compañera mujer, bendita seas…!.

Análisis del poema:

Carlos fuentes, nos deja ver sus sentimientos, a través de este hermoso poema dedicado a su gran amor, a su gran compañía, a su gran aventura.
En este poema, refleja el verdadero valor de una mujer, de una guerrera, como muchas veces llamo a nuestro género, pues el ser mujer, nos da una fuerza extraordinaria y a la vez una gran sensibilidad, porque así como lloramos de tristeza, también lloramos de alegría, sin dejar de lado el servir a los demás y el sentir el dolor ajeno.
Carlos fuentes inspira ternura, amor, y logra transportarme a un mundo romántico, un mundo ideal para mí, como mujer, como esposa, como madre…como compañera, pero a la vez me deja un gran vacío, pues sueño con que un día mi gran compañero me diga unas palabras tan hermosas como estas, sueño con que susurra a mi lado diciendo que me admira, que me bendice y agradece por esta familia, por el fruto de nuestra unión y por todo mi corazón, pues se lo he entregado entero.

Realizado por: Andreita Garzón











RAYUELA  (CAPÍTULO  7)   DE JULIO   CORTÁZAR

 

 RAE define poesía como “manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”. Así pues, el capítulo 7 de Rayuela es poesía: 

Con la extraña Rayuela, Julio Cortázar (1914-1984) marcó un antes y un después en el espectro literario de la época. Agitador de generaciones, consiguió hacer de la experimentación literaria un nuevo género único e inimitable.
Lean y gocen a partes iguales:
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.



ANALISIS    DEL FRAGMENTO
Sin  detenerse  a  leer la novela  completamente    , el  tema   de   este   poema   transporta   a los  receptores   a  presenciar   la escena  de un  amor profundo entre una pareja  de enamorados; allí,   Julio  Cortázar      presenta   elementos  descriptivos    donde  se percibe    y  permite  imaginar  la escena   de un beso  apasionado  , tierno,  romántico  y  profundo, que    trasciende   .  El poema   invita      a  revivir aquellos sentimientos     hermosos  cuando  se  está  enamorado   y  se siente un amor    correspondido   por  ese  ser especial   .   A  través ,   de la descripción detallada  de todos los movimientos que   él  hace en   el rostro de su amada,  quiere    transmitir  un conjunto   de sensaciones    hermosas  que nacen  del corazón, y que sólo  se pueden  sentir  cuando  se ama  intensamente,  además,  el autor  logra  con  la estética  de sus palabras   sencillas     contagiar de ese  sentimiento  puro   ,realzando  el sentimiento.
Cuando     utiliza   dentro  del fragmento uno  de los términos    como     cíclope   , quiere  dar a  entender  que los  dos  están  con una misma  mirada , un mismo  sentir,  sin necesidad de conocer   la definición  de  dicha palabra,  para   el  receptor  es entendible lo que quiere   transmitir,  y es así, como en este  detalle , se  refleja  durante  todo el poema   el deseo del autor  de   enamorar con sus palabras    y   lograr  tocar las fibras  más  escondidas    del   lector.

CARLOTA  MUNAR   QUIROGA

ANÁLISIS   DEL  CUENTO  “ LA ESCUELA  DE NOCHE”  DE JULIO CORTÁZAR
  Desde  mi  perspectiva , en   “La escuela de noche”, Cortázar quiere   describir  y  hacer una crítica de la educación de la época. Pero sobre todo, quiere mostrar como la educación deformaba las mentalidades de los alumnos y participa del régimen de terror. En   sus personajes   se puede considerar que  elije los nombres  de Nito y Toto  porque es  Argentino . Así,  el cuento   permite    imaginar una visión  del sistema   educativo    desde la óptica  del  estudiante    normal  , que asiste   todos  los  días  allí, que cumple  con unas  normas  y disciplina  de  sus maestros y rector.
En el  cuento de Cortázar, el relato se basa en la aparición de un elemento fantástico. En “La escuela de noche” la repentina aparición de una escuela nocturna completamente absurda constituye el elemento fantástico, que  lleva  a imaginar  inicialmente     que  es un lugar frío, sin ruídos, vacío   alejado  de la multitud  de un día normal de clase, pero con el transcurrir  de la narración  se    empieza  a vislumbrar  una serie  de hechos  que atraen  al lector   y  encontrar el misterio que  hay  allí.
 Cortázar utiliza la imagen muy impactante, el lado inocente y diurno de una escuela argentina ,  fachada de normalidad que oculta los peores abusos que comete una autoridad. Además, es una forma    crítica que refleja   los misterios  que se encierran  detrás  de      unas  figuras  de poder  ,   autoridad  y respeto.
El relato    utilizado  es  sencillo y cautiva  a los lectores    a través  del hilo conductor  que  lo lleva  con intriga    y  seduce   a leerlo hasta el final, queda  la sensación  de    quedar    perplejo ante    la trama    que    a mi parecer    le  encaja  muy bien el título.
ANÁLISIS    REALIZADO POR  CARLOTA  MUNAR




CIEN AÑOS DE SOLEDAD.
Esta magnífica obra fue publicada en 1967 por el nobel colombiano Gabriel García Márquez.  Es una historia que dura cien años y relata entre sus líneas la fundación de Macondo y las siete generaciones de la familia Buendía. En cada generación se produce un Aureliano, destinado a la soledad y la muerte.
Temas centrales de la novela.
El realismo Mágico. En la obra se utiliza una narración de hechos insólitos, fantásticos e irracionales en un contexto realista.
La soledad. Indudablemente es esta la que se encarga de marcar la vida de sus personajes, en especial la de los hombres. La soledad es la característica que acompaña a todos los integrantes de la familia Buendía, es de esta soledad de la que cada uno pretende escapar en algún momento de su vida; pero al final parecen entender que esa soledad es su inevitable destino, así que deciden aceptarla. Hay personajes tan relevantes en esta obra como Úrsula, que luchan toda su vida por alejar la sombra de la soledad de su familia y siempre espera encontrar en cada nuevo integrante de la familia, aquel que se encargue de borrar este estigma de la familia.
El incesto. La historia comienza con la relación entre dos primos: José Arcadio Buendía y Úrsula, quienes crecieron juntos en la antigua ranchería y posteriormente  se casaron llenos de presagios y temores por su parentesco y el mito existente en la región de que sus hijos podían tener cola de cerdo. José Arcadio (hijo del fundador de Macondo) se casa con Rebeca, hija adoptiva de José Arcadio Buendía Y Úrsula, en una supuesta relación de hermanos. Aureliano José se enamora de su tía Amaranta en una relación frustrada, llegando a proponerle matrimonio, pero es rechazado. Finalmente se presenta la relación entre Amaranta Úrsula y su sobrino Aureliano, quienes desconocen su parentesco debido a que Fernanda del Carpio, abuela de Aureliano y madre de Amaranta Úrsula, ocultó la verdad del origen de él, afirmando que había sido encontrado en una canastilla que flotaba en el río.
La violencia. Cuando estalla la guerra civil, la población toma parte activa en el conflicto al enviar un ejército de resistencia dirigido por el coronel Aureliano Buendía (segundo hijo de José Arcadio Buendía), a luchar contra el régimen conservador. En el pueblo, mientras tanto, Arcadio (nieto del fundador e hijo de Pilar Ternera y José Arcadio, el primer hijo de José Arcadio Buendía) es designado por su tío jefe civil y militar, y se transforma en un brutal dictador, quien es fusilado cuando el conservadurismo retoma el poder.
La guerra continúa y el coronel Aureliano se salva de morir en varias oportunidades, hasta que, fatigado de luchar sin sentido, arregla un tratado de paz que durará hasta el fin de la novela. Después de que el tratado se firma, Aureliano se dispara en el pecho, pero sobrevive. Posteriormente, el coronel regresa a la casa, se aleja de la política y se dedica a fabricar pescaditos de oro encerrado en su taller, de donde sale solamente para venderlos.
En resumen,  Macondo, no se puede distinguir entre la realidad y la ficción. Lo fantástico convive con lo cotidiano y a través de un lenguaje encantador y preciso, es posible  vivir lo imposible. La construcción imaginaria tiene sus raíces profundas en la realidad latinoamericana, ya que, Macondo contiene elementos naturales como los paisajes  latinoamericanos. Al leer la novela  se hace una evocación de lo mágico, muestra que la línea entre la fantasía y la realidad es muy arbitraria. Muestra en consecuencia la variedad de la cultura colombiana.


LA MALA HORA.
Realizado por: Milena Gaviria

11 comentarios:

  1. Cristina Rodriguez Lopez: Es un blogg donde se observa un excelente trabajo, el cual nos permite conocer aspectos importantes del Boom Latinoamericano, y donde destacan autores tan importantes como nuestro Gabriel Gacia Marquez.

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  2. Doris Forero Bautista; excelente información, buen material, que permite adquirir conocimiento más profundo respecto a este movimiento literario tan importante, dónde es de resaltar las obras de Mario Vargas Llosa, Julio Cortazar y nuestro querido premio novel de literatura, Gabriel Garcia Marquez.

    En cuanto a la portada es acorde con el género que escogieron, de una manera sobria pero interesante, cuando se empieza a leer la información, dan ganas de seguir en él.

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  3. Irma suarez; se nota el trabajo para la elaboración del blog es un ejemplo de lectura y de selección, puesto que la información presentada motiva a no abandonarlo, sino por el contrario a retomarlo en algún otro momento... por favor no lo cierren.

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  4. Maria Deicy Tovar Useche
    CIPAS SEMILLAS DE COLORES

    es un blog muy bien elaborado, tiene información precisa y adecuada, los escritores alli abordados dieron un vuelco total a la literatura Latinoamericana, se nota el entusiasmo con que lo elaboraron ¡ felicitaciones!

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  5. CIPAS SEMILLAS DE COLORES
    ESPERANZA CONTRERAS

    Compañeras se nota el esfuerzo, la dedicación en grupo, es un blog muy organizado, el tema está muy bien investigado. FELICITACIONES

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Angela Benavides; que buena presentación del blog, las imagenes y cada aspecto de este son muy llamativos, es muy agradable observar esta investigación tan bonita que han realizado acerca de diferentes escritores, lo cual causa interés en el lector e invitan a realizar una lectura con mayor dedicación.

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  8. Que tema tan interesante, muy explicado e ilustrado y que orgullo que nuestro Nobel Gabriel García haga parte de este grupo que rompió con las tendencias anteriores para abrir las puestas a una nueva literatura con identidad propia.
    CIPAS GRANDES LITERARIAS
    YUDY LUCÍA BARBOSA PIÑEROS

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  9. Su tema es llamativo ya que no es muy comun, hacen una excelente investigación, me gusta que trataron de hacer algo diferente, ya que no tenia idea de está forma literaria, el Boom Latinoamericano, aunque ya paso, es muy pertinente abordarlo pues si analizamos los escritores latinoamericanos, son excelentes su realismo al narrar y escribir es tan magico que envuelve al lector.
    Además su blog tiene una presentación organizada, fotos, colores, e hipertextos que complementan el tema adecuadamente. Las felicito se ve un trabajo con mucha investigación.
    Martha Cristina Cortés

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  10. El boom latinoamericano es un movimiento literario muy importante, pues se destacan escritores que han dejado huella importante en mi vida, ademas son literaturas que no son desconocidas para mi, tiene buena organización y un estilo único, las felicito...Dios las bendiga mucho mas en cada área de su vida..
    Caterine Diaz CIPAS Caminantes

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  11. CIPAS LAS LECTORAS
    La temática abordada es muy interesante y la forma en que plasmaron el contenido es muy agradable, los autores que trabajaron dejan ver con sus obras las características de este movimiento literario y se evidencia un buen trabajo de investigación.
    me gusto mucho los registros fotográficos.
    SANDRA PALACIOS.

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