sábado, 26 de octubre de 2013

Núcleo cuatro: Principales representantes del Boom Latinoamericano

Carlos fuentes


Carlos Fuentes Macías. (Panamá, 11 de noviembre de 1928 - México D.F., 15 de mayo de 2012). Escritor mexicano. Su infancia transcurre en un ambiente cosmopolita entre Argentina, Chile, Brasil, Estados Unidos y otros países iberoamericanos. Estudia Derecho en México y en Suiza y trabaja en diversos organismos oficiales hasta 1958. Paralelamente, funda y dirige junto a Emmanuel Carballo la Revista Mexicana de Literatura y colabora en Siempre; en 1960 funda también El Espectador.
A los veintiséis años se da a conocer como escritor con el volumen de cuentos Los días enmascarados (1954), que recibe una buena acogida por parte de crítica y público. Tras obras como La región más transparente (1958) o Las buenas conciencias (1959) llega La muerte de Artemio Cruz (1962), con la que se consolida como escritor reconocido.
Posteriormente escribe el relato Aura (1962), de corte fantástico, los cuentos de Cantar de ciego (1966) y la novela corta Zona sagrada (1967). PorCambio de piel (1967), prohibida por la censura franquista, obtiene el Premio Biblioteca Breve y por su extensa novela Terra nostra (1975), que le lleva seis años escribir y con la que se da a conocer en el mundo entero, recibe el Premio Rómulo Gallegos de 1977.

La Muerte de Artemio Cruz

La obra comienza cuando Artemio regresa de un viaje de negocios a la ciudad de Hermosillo. Sufre un ataque gástrico y se encuentra esperando su muerte en su gran mansión, situada en la ciudad de México. En ese momento por su cabeza pasan dos pensamientos, el de su vida corrupta, y el de su cuerpo que se descompone. En su lecho de muerte rechaza al insistente cura que le quiere dar la extrema unción, incluso sabiendo que hace tiempo se ha separado de la Iglesia. Los médicos lo someten según dice, a muchas torturas, lo avejentan con sus exámenes y con el instrumental que ocupan le extirpan su dignidad. Artemio siente la presencia de su esposa, a la que no lo une nada, y la de su hija que lo desprecia. Las dos mujeres simulan una preocupación por el aunque la única causa de esta preocupación es que Artemio no les ha querido declarar donde se encuentra su testamento. Padilla, su secretario, pone una cinta en la grabadora en la que se oye una relación de sus negocios y de algunas propuestas. Mientras toda esta gente se mueve alrededor de su cama, su cerebro se traslada, en ida y venida, entre el presente y el pasado. Artemio en ese momento recuerda los sucesos que lo han llevado hasta donde está en ese momento. Empieza a recordar y se ve a sí mismo en el año 1919 como un joven veterano de la revolución que llegó a la casa de los Bernal en Perales, y les trajo noticias al padre y a la hermana sobre los detalles de la muerte de Gonzalo Bernal ante un pelotón de fusilamiento villista. Su propósito era ganarse la confianza del viejo padre de Gonzalo y casarse con la hija para así apoderarse de las propiedades de los Bernal. Sin embargo Catalina, la hija de don Gamaliel, jamás llega a comprender que Artemio se ha enamorado de ella. El Padre Pérez, cura de la familia, le insiste en que el matrimonio le trajo la seguridad a su padre, pero al costo de su alma. Catalina se odia por la pasión que por las noches Artemio le despierta. Terminan por aborrecerse el uno con el otro, y ella lo culpa de la muerte del hijo Lorenzo, quien una vez fuera de su control se alista para luchar en la guerra civil Española. Antes de Catalina hubo otra mujer, Regina, una soldadera de quién estuvo enamorado pero fue tomada como rehén por Las tropas de Villa y luego la colgaron.
Después de la muerte de ella hubo otras mujeres: Lilia, una querida joven a la que llevó de vacaciones a Acapulco y que lo engañó allí mismo con otro; y Laura, que más tarde se casaría con otro. Pero sus aventuras no se limitaban a las mujeres. Recuerda también los hacendados de Perales, sus vecinos, y cómo se apoderó de sus tierras. Recuerda como fue elegido por primera vez diputado para lo que se valió de todo tipo de métodos: soborno, chantaje, grandes fiestas donde los invitados se reían de él a sus espaldas. Recuerda sus grandes negocios y como arruinó a sus rivales. Paralelo a estos recuerdos Artemio se prepara para enfrentar la soledad y la desolación que siente cuando llega el tiempo de morir. Poco antes de su hora final, Artemio revela dos episodios que explican por qué fue lo que fue. Uno de ellos cuenta como fue capturado por las tropas Villistas y sentenciado a muerte. Fue allí cuando decidió darle información al enemigo, aunque más tarde mató al oficial que le había prometido la traición sintiéndose culpable por el hecho. Justifica sus actos por medio de Gustavo Bernal, el idealista desilusionado, aunque enfrenta la muerte valientemente. Bernal declara que una vez que la revolución ha sido corrompida por aquellos que actúan solo para vivir bien, aunque se pelee y se ganen batallas, ya perdió su condición de revolución que ha sido derrotada por los ambiciosos y los mediocres. En el último capítulo vemos como empezó todo: Artemio Cruz nació en un petate. Durante sus primeros años su único amigo es Lunero, un mulato que sirve a la abuela y al tío de Artemio que era borracho. Después de que accidentalmente mata de un tiro a su tío, Artemio huye a Veracruz. Allí un maestro se encarga de él y lo prepara para desempeñar el papel que llevó a cabo en la revolución antes de perder sus ideales y de elegir la traición que lo condujo a usar el poder corrompiéndose a si mismo.


Julio Cortazar



Julio Cortázar. (Bruselas –Bélgica–, 26 de agosto de 1914 - París –Francia–, 12 de febrero de 1984). Escritor, profesor y guionista. Hijo de padres argentinos. Su padre fue destinado a la Embajada de Argentina en Bélgica. Su familia se refugia en Suiza durante la Primera Guerra Mundial hasta 1918, que regresan a Buenos Aires (Argentina). Obtiene el título de maestro en 1932. Se identifica con el Surrealismo a través del estudio de autores franceses. Sus obras se reconocen por su alto nivel intelectual y por su forma de tratar los sentimientos y las emociones. Fue un gran seguidor de Jorge Luis Borges.

En 1935 comienza la carrera de Filosofía y Letras, da clases y publica estudios de crítica literaria.  De esta época es conocida su colección de sonetos Presencia (1938), que publica bajo el seudónimo de Julio Denis. 
En los años cuarenta, por problemas políticos, tiene que abandonar su puesto de profesor en la universidad, y comienza la publicación de artículos y relatos en revistas literarias. Tras conseguir el título de traductor oficial de inglés y francés se traslada a París, donde trabaja como traductor de la UNESCO.
En 1951 comienza su exilio. Dedica su vida a viajar, pero reside principalmente en París. Las traducciones que realiza de Edgar Allan Poe (entre otros) influyen en su obra, como por ejemplo en su colección de relatos Bestiario (1951).
A pesar de haber realizado distintas publicaciones durante todos estos años, no se hace famoso hasta la publicación de Rayuela (1963), su obra maestra que refunda el género.
Cortázar destaca por sus misceláneas o del género “almanaque”, donde mezcla narrativa, crónica, poesía y ensayo, como por ejemplo en La vuelta al día en ochenta mundos (1967) y 62, modelo para armar (1968).

Rayuela

Esta novela sería el mayor éxito editorial de Cortázar y le valdría el reconocimiento de ser parte del boom latinoamericano, se vendieron 5000 ejemplares en el primer año, esta novela se convirtió en un clásico de la literatura argentina. Cortázar según su obra declaró: "Escribía largos pasajes de Rayuela sin tener la menor idea de dónde se iban a ubicar y a que respondían en el fondo (...) Fue una especie de inventar en el mismo momento de escribir, sin adelantarme nunca a lo que yo podía ver en ese momento".
Cuando en 1963 se publicaba Rayuela, Cortázar cumplía 50 años. Y Rayuela marcó un antes y un después en las novelas y en el autor porque rompía con toda clase de estructuras preestablecidas.
Rayuela es una metáfora que utilizo Cortázar para dar título a su obra. La Rayuela también conocida como mundo es un juego infantil el que consiste en hacer pasar una piedrita de una casilla a otra saltando en un pie, avanzando cuadro a cuadro hasta llegar a al Cielo, casilla final. Este juego se convierte en la novela de Cortázar en la búsqueda humana de la trascendencia; no requiere de inteligencia pero sí de energía y constancia, de resistencia y equilibrio, pues el desánimo significa el fracaso.
“Rayuela” “permite o más bien exige tres lecturas, dos de ellas aparecen planteadas en el “tablero de dirección” colocado por el mismo Cortázar al inicio del texto. La primera responde al lector común y es la lectura lineal del capítulo 1 al 56. La segunda es sugerida para un lector cómplice que disfruta al entregarse a las barreras imaginarias de la lectura. Se inicia en el capítulo 73 y continúa según el tablero que indica el orden salteando los capítulos. Y la tercera es la aventura que puede seguir el lector al elegir el orden que desee.
Rompiendo de este modo con toda pauta convencional de linealidad narrativa y sugiriendo que el lector haga una incursión personal en el libro, sacándonos del casillero de “lector pasivo” para tomar un rol mucho más activo al enfrentar esta novela
La novela transcurre sobre planos físicos como: Del lado de acá y Del lado de allá, París y Buenos Aires.
Del lado de allá narra la vida de Horacio Oliveira, un argentino avecindado en Paris y su relación con la Maga, los que se rodean de un grupo de amigos que forman el Club de la Serpiente, con los que entablan memorables conversaciones y discusiones que nos entregan la visión de Cortázar acerca de la condición humana como reflejo de la condición del artista
Del lado de acá, devuelve a Horacio a Buenos Aires, donde vive con su antigua novia; allí pasa largas horas con sus amigos Traveller y Talita.
La organización de la novela simboliza el mundo irracional al que le hombre insensibilizado por la rutina de la vida contemporánea, la civilización y la cultura, evita acceder. Así “Rayuela” ofrece una novela que está compuesta de episodios, de monólogos; en ella la acción es mínima y las acciones abundantes, pues simboliza un laberinto místico que no extravía sino que guía hacia estados espirituales que finalmente nos conducen a la propia autorrealización.
Al mismo tiempo, los discursos literarios, filosóficos, políticos y hasta eróticos que se insertan en la novela se corresponden en gran medida con cuestiones heredadas de la literatura del absurdo, concretamente de autores como Franz Kafka y Albert Camus.
En toda su forma “Rayuela” refleja la condición problemática del hombre contemporáneo y su frustración hacia el alineamiento.

Mario Vargas Llosa


Jorge Mario Pedro Vargas Llosa. (Arequipa, Perú, 28 de marzo de 1936). Escritor, político y periodista peruano. Premio Nobel de Literatura 2010. Pasa su infancia entre Bolivia y Perú y al terminar sus estudios primarios colabora en los diarios La Crónica y La Industria. En 1952 escribe una obra de teatro titulada La huida del Inca, que se estrena en un teatro de Lima.

Estudia Letras y Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y empieza a colaborar profesionalmente  en periódicos y revistas, siendo editor de los Cuadernos de Composición y la revista Literatura. En 1958 le conceden  la beca de estudios "Javier Prado" en la Universidad Complutense de Madrid, donde obtiene el título de Doctor en Filosofía y Letras. Un año más tarde se traslada a París, y allí trabaja en diferentes medios hasta que logra entrar en la Agencia France Press y, más tarde, en la Radio Televisión Francesa, donde conoce a numerosos escritores hispanoamericanos.

En 1965 se integra en la revista cubana Casa de las Américas como miembro de su consejo de redacción y permanece en ella hasta 1971. En esos años actúa varias veces como jurado de los premios Casa de las Américas. Posteriormente viaja a Nueva York, invitado al Congreso Mundial del PEN Club, e instala su residencia en Londres, donde trabaja como profesor de Literatura Hispanoamericana en el Queen Mary College. Durante este periodo trabaja además como traductor para la UNESCO en Grecia, junto a Julio Cortázar; hasta 1974 su vida y la de su familia transcurre en Europa, residiendo en París, Londres y Barcelona. En 1975 inicia una serie de trabajos cinematográficos, y en marzo de ese año es elegido Miembro de Número en la Real Academia Peruana de la Lengua. En 1976 es elegido presidente del PEN Club Internacional, cargo que ocupa hasta 1979.

En Perú presenta el programa televisivo La Torre de Babel y en 1983 preside la Comisión Investigadora del caso Uchuraccay, dedicado a resolver el asesinato de ocho periodistas. A finales de los ochenta entra en el mundo de la política en Perú y en 1990 regresa a Londres, donde retoma su actividad literaria. En marzo de 1993 obtiene la nacionalidad española, sin renunciar a la peruana. Colabora en el diario El País y con la revista cultural Letras Libres. En 1994 es nombrado miembro de la Real Academia Española y ese mismo año gana el Premio Miguel de Cervantes; posteriormente es reconocido doctor honoris causa en numerosas universidades. Su obra ha sido traducida a más de 30 idiomas

La Ciudad y los Perros

Esta obra, publicada en 1963, se adentra en un colegio militar Leoncio Prado donde los chicos internos reciben formación escolar y disciplina militar. En ella se narran las diferentes historias de unos muchachos que descubren y aprenden a convivir con una forma militar de vida alienante que no les permite desarrollarse como personas, y donde se les somete y humilla. No obstante, a través de este sistema, algunos encontrarán la fortaleza necesaria para asumir sus retos.
Desde dentro del colegio militar veremos los anhelos, ilusiones, desvelos y miserias de los internos, conoceremos los códigos por los que se guían, así como las leyes que rigen el colegio.
Vargas Llosa crítica la forma de vida y cultura castrenses, donde se potencian valores determinados (agresividad, valentía, hombría, sexualidad...) que mutilan el desarrollo personal de los muchachos de este internado.

Con gran profusión de personajes, las vidas de estos se van entrecruzando, hasta tejer el tapiz de la obra. El epílogo se convierte en una de las piezas más grandiosas de esta obra, no sólo por la técnica empleada, sino también, porque demuestra lo complejo y contradictorio que puede ser un sistema vertical de valores. El problema de ajustar la realidad a las leyes o, a la inversa, someter las leyes a la realidad hacen de esta novela uno de los libros capitales para el entendimiento del fenómeno cultural peruano y americano como consecuencia del choque entre América y Europa.

Gabriel García Márquez


Gabriel José García Márquez nació en Aracataca (Colombia) en 1927. Cursó estudios secundarios en San José a partir de 1940 y finalizó su bachillerato en el Colegio Liceo de Zipaquirá, el 12 de diciembre de 1946. Se matriculó en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cartagena el 25 de febrero de 1947, aunque sin mostrar excesivo interés por los estudios. Su amistad con el médico y escritor Manuel Zapata Olivella le permitió acceder al periodismo. Inmediatamente después del "Bogotazo" (el asesinato del dirigente liberal Jorge Eliécer Gaitán en Bogotá, las posteriores manifestaciones y la brutal represión de las mismas), comenzaron sus colaboraciones en el periódico liberal El Universal, que había sido fundado el mes de marzo de ese mismo año por Domingo López Escauriaza.
 
Había comenzado su carrera profesional trabajando desde joven para periódicos locales; más tarde residiría en Francia, México y España. En Italia fue alumno del Centro experimental de cinematografía. Durante su estancia en Sucre (donde había acudido por motivos de salud), entró en contacto con el grupo de intelectuales de Barranquilla, entre los que se contaba Ramón Vinyes, ex propietario de una librería que habría de tener una notable influencia en la vida intelectual de los años 1910-20, y a quien se le conocía con el apodo de "el Catalán" -el mismo que aparecerá en las últimas páginas de la obra más célebre del escritor, Cien años de soledad (1967). Desde 1953 colabora en el periódico de Barranquilla El nacional: sus columnas revelan una constante preocupación expresiva y una acendrada vocación de estilo que refleja, como él mismo confesará, la influencia de las greguerías de Ramón Gómez de la Serna. Su carrera de escritor comenzará con una novela breve, que evidencia la fuerte influencia del escritor norteamericano William Faulkner: La hojarasca (1955). La acción transcurre entre 1903 y 1928 (fecha del nacimiento del autor) en Macondo, mítico y legendario pueblo creado por García Márquez. Tres personajes, representantes de tres generaciones distintas, desatan -cada uno por su cuenta- un monólogo interior centrado en la muerte de un médico que acaba de suicidarse. En el relato aparece la premonitoria figura de un viejo coronel, y "la hojarasca" es el símbolo de la compañía bananera, elementos ambos que serían retomados por el autor en obras sucesivas. 
En 1961 publicó El coronel no tiene quien le escriba, relato en que aparecen ya los temas recurrentes de la lluvia incesante, el coronel abandonado a una soledad devastadora, a penas si compartida por su mujer, un gallo, el recuerdo de un hijo muerto, la añoranza de batallas pasadas y... la miseria. El estilo lacónico, áspero y breve, produce unos resultados sumamente eficaces. En 1962 reúne algunos de sus cuentos -ocho en total- bajo el título de Los funerales de Mamá Grande, y publica su novela La mala hora. 
Pero toda la obra anterior a Cien años de soledad es sólo un acercamiento al proyecto global y mucho más ambicioso que constituirá justamente esa gran novela. En efecto, muchos de los elementos de sus relatos cobran un interés inusitado al ser integrados en Cien años de soledad. En ella, Márquez edifica y da vida al pueblo mítico de Macondo (y la legendaria estirpe de los Buendía): un territorio imaginario donde lo inverosímil y mágico no es menos real que lo cotidiano y lógico; este es el postulado básico de lo que después sería conocido como realismo mágico. Se ha dicho muchas veces que, en el fondo, se trata de una gran saga americana. Macondo podría representar cualquier pueblo, o mejor, toda Hispanoamérica: a través de la narración, asistimos a su fundación, a su desarrollo, a la explotación bananera norteamericana, a las revoluciones, a las contrarrevoluciones... En suma, una síntesis novelada de la historia de las tierras latinoamericanas. En un plano aún más amplio puede verse como una parábola de cualquier civilización, de su nacimiento a su ocaso. 
Cien Años de Soledad.

Se publicó en 1967. Esta novela ganó muchos premios internacionales, incluyendo el premio Nobel (1982). De repente, Gabriel García Márquez fue sitiado con fama y su vida cambió para siempre.

En una escala estrecha Cien Años de Soledad es una historia que cubre cien años y seis generaciones de la familia Buendía y la fundación de la ciudad Macondo. La estructura simple de la novela traza la crónica de la familia Buendía durante el siglo XIX. Es una historia de una dinastía, empezando con José Arcadio Buendía hasta la muerte del último miembro de la línea. A través del narrativo, los destinos de los Buendías y Macondo son reflejos paralelos.

En cada generación, una muerte violenta encuentra a los miembros de los Arcadios, con unas excepciones, pasando por alto los Aurelianos belicosos. La novela empieza con Aureliano enfrente de un pelotón de fusilamiento, pero Arcadio en otra ocasión muere en esta manera. Cada generación produce otro Aureliano, nombrado por el Coronel, y todos comparten el destino de soledad. A pesar de nacerse a una familia grande con muchos amigos, todos buscan la soledad y eventualmente perecen.

Los humanos tienen algunas necesidades, y por eso, el lector puede desarrollar el tema de soledad en esta obra y ver como ella influye la vida cotidiana. Los varones de la familia Buendía, casi sin excepción, son marcados con el signo de la soledad. Por ejemplo, Coronel Aureliano Buendía, un miembro distinguido de la segunda generación, sirve como ejemplo perfecto de soledad. Como el primer ser humano nacido en Macondo, él es identificado como mal dispuesto a llegar a ser alguien. Él llora en el útero de su madre Úrsula, exclamando que tiene "una incapacidad para el amor humano". Su adolescencia le hizo silente y solitario, pero en hecho, él siempre toma refugio en estar solo. Sin embargo, Coronel Aureliano Buendía tiene compasión para su sociedad desafortunada.

La vida de los gemelos, Aureliano y José Arcadio IV Segundo, refleja que la soledad no solo es un estado de insolación social, pero también es una relación humana especial, y sobre todo, es una necesidad. Por ejemplo, Aureliano tiene lástima de sí mismo, porque su vida tiene una norma de repetición: vive entre el deseo y la abundancia, entre la virtud y la hipocresía. Siempre se confunde sobre el estado de su aburrimiento psicológico. En su frustración, él siente una compulsión neurótica para hacer hincapié en tristeza como medio a sentirse humano. En cambio, su hermano gemelo no tiene este tipo de compasión por sí mismo y no hace falta de satisfacer sus apetitos. Es condenado a vivir aparte de los otros Buendías, no importa lo que hace. Psicológicamente, José Arcadio IV Segundo siempre es un desconocido y nadie nunca sabe nada de su vida. Él es un hombre sin una familia emocional y siempre es confundido con su hermano. Para mostrar la dimensión irónica en la relación de los gemelos, García Márquez enterró un gemelo en el sepulcro del otro.

José Arcadio V y su sobrino, Aureliano Babilonia, comparten una relación del amor y del odio, y sufren de otra forma de soledad. Al llegar de Roma, José Arcadio V realiza que tiene que vivir con su sobrino en paz. En esta relación, hay una tolerancia mutual sin afección, hay acomodación sin compasión. Es como una "fuerza de hábito" entre dos personas, cuando su relación es mecánica solo con las acciones y las reacciones. Esta forma de hábito debilita la fuerza de una relación cercana y la conduce a la desesperación. 

A través de la novel, la muerte se acerca a la soledad. Todos los hombres de la familia Buendía, especialmente Aureliano, llevan a cabo una vida de soledad. Él, aunque rodeado con otros hombres en la guerra, está separado de los demás. Cuando regresa a casa un día, da instrucciones estrictas que nadie, incluyendo a su esposa Úrsula, puede acercarse a él más de diez pies. Cuando se sienta en un cuarto, un círculo lo aísla de los otros. En su incapacidad por querer; se empuja más y más a la soledad que, para él, es como la muerte. Es tan miserable en su soledad que trata de terminar la vida, pero su destino no es la muerte sino el aislamiento. La frialdad de la soledad es como la frialdad del sepulcro.

La narración en la novela es en un tiempo cerrado, con un principio y un fin. El presente, el pasado y el futuro pueden ser narrados en un tiempo a cualquier tiempo por el narrador, porque él es objetivo en narrar cada uno. Por eso, el tiempo en Cien Años de Soledad es circular. La novela tiene una declaración directa que se desarrolla y explica en manera lógica, que ninguna otra conclusión puede ser posible. La manipulación del tiempo y creación de un sistema total no permite la medida de tiempo en una concepción lineal. La acción no es cronológica, pero tiene la función de evocar el fin de un ciclo vital desde el principio. Así, pues, el presente se ve de la perspectiva del pasado y es proyección al futuro. Por ejemplo, el narrador parece estar en el mismo tiempo que el Coronel frente al pelotón de fusilamiento: "muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el Coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo".

En Macondo, no se puede distinguir entre la realidad y la irrealidad —cualquiera cosa puede pasar por otra. Lo maravilloso convive con lo cotidiano y a través de un lenguaje evocador y preciso, es posible hacer vivir lo inverosímil. La construcción imaginaria tiene sus raíces profundas en la realidad latinoamericana. Los paisajes de Macondo contienen elementos naturales como las nieves latinoamericanas, el desierto y las montañas. En Macondo, los problemas de los trabajadores con los políticos reflejan las preocupaciones con respeto a Colombia. Por ejemplo, los trabajadores en las plantaciones de plátanos se rebelan contra el gobierno.

Al leer la novela Cien Años de Soledad, suele hacerse difícil definir el objeto final. A veces parece una sátira, otras parece una evocación de lo mágico. La novela demuestra que la línea entre la fantasía y la realidad es muy arbitraria. Muestra en consecuencia la variedad de la cultura colombiana e indígena. En resumen, se aprecia las descripciones y las historias de los caracteres en esta obra expuestos por el autor. Es una obra maestra que expresa el punto de vista complejo con elementos de la ficción de otros novelistas, referencias bíblicas y experiencias personales conocidas por Márquez mismo.





OTROS FIGURAS DEL BOOM LATINOAMERICANO.
Otros autores han sido asociados con el Boom latinoamericano. Juan Rulfo, escritor con experimentación verbal y un estilo único. Augusto Roa Bastos de Paraguay, escribió Hijo de hombre, considerado por algunos como la primera novela del Boom. Su novela Yo el Supremo, considerada su obra cumbre, ha sido comparado con el Ulises de Joyce, y es «una de las obras más respetadas de la historia de ficción que ha dado América del Sur». Manuel Puig, argentino, es una figura central, con Vargas Llosa, del mundo editorial Seix-Barral. José Donoso, escritor chileno tanto de la expansión económica y el post-Boom, en su libro, Historia Personal del «Boom», menciona a otros escritores asociados con el movimiento como: Jorge Amado, de Brasil, Salvador Garmendia, Adriano González León de Venezuela y David Viñas





LOS MEDIOS  INTERACTIVOS COMO RECURSO DIDÁCTICO









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